February 20, 2017
3 min

Cambio de estilo en la decoración de la Casa Blanca

Cambio de estilo en la decoración de la Casa Blanca
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En los Estados Unidos es tradición que con cada relevo de habitantes en la Casa Blanca se produzca un inevitable cambio de estilo en la decoración de la mansión de la Avenida Pensilvania. La llegada del Presidente 45, el siempre polémico Donald Trump ha añadido aún más expectación, si cabe, a un hecho que viene sucediéndose de forma periódica en el país. Las miradas se centran, como también es habitual, en qué estilo qué muebles y qué impronta van a dejar los trump en esta nueva etapa política.

Casa Blanca

 

Pero alrededor de los Trump todo tiene un plus de interés. Desde la primera aparición de Trump ejerciendo de Presidente de los Estados Unidos de América, el estilo Trump se ha dejado ver: los rojos de la era Obama aparecieron en pantalla reconvertidos en los dorados de la nueva Era.

La Trump Tower

El magnate inmobiliario nunca ha renegado de sus gustos por los dorados, las formas barrocas y la ostentación. Como el mismo se define, un claro seguidor del estilo Luis XIV. Por lo tanto, cabe esperar que los nuevos inquilinos de la Casa Blanca opten por líneas muy próximas a la decoración barroca para las estancias más privadas. No obstante, Melania Trump -tradicionalmente, es la primera dama quien se encarga de todo lo que tiene que ver con la decoración y el interiorismo-, ha encargado a una diseñadora de interiores más próxima a las tendencias clásicas, de perfil poco conocido entre el gran público.

Los mármoles, dorados y formas sinuosas se entremezclan en un baile armónico. Desde luego, el mensaje que nos transmite es claro. Meridiano: aquí, el rey soy yo. Y como tal vivo. La elegancia corre a cargo del inmortal mármol blanco, presente en cada una de las estancias de la tres plantas que componen la Penthouse de la familia Trump.

El inmueble luce infinidad de adornos con diamantes, magníficos frescos que parecen querer imitar la grandiosidad de la Capilla Sixtina, antigüedades estilo de Luis XIV, columnas de mármol y pan de oro, suntuosas escaleras en madera y mármol, lámparas acristaladas imposibles, espejos y arte brocados. Todo ello es un reflejo perfecto de la personalidad del Presidente.

Desde luego, las imágenes de las revistas de moda y sociedad que han tenido acceso a la vida más familiar de los Trump, nos recuerdan con su enfoque la importancia de una buena imagen para vender un vivienda. En este caso, la venta es más conceptual que física. Pero aun si se diera el caso de que Trump pone en venta su apartamento en la Quinta Avenida de Nueva York, con estos detalles tan cuidados, esta disposición de cada uno de los elementos, cuanto menos resulta llamativa al ojo. Independientemente que te sientas identificado o no con el dueño o con el estilo.

¿Cómo se puede sentir uno viviendo en esta casa? Esta es la pregunta que todo comprador debe hacerse cuando visita las diversas propiedades en busca de esa joya que comparte espíritu y destino con él. Como si nosotros fuéramos unos potenciales compradores, nos sumergimos en el universo Trump.

De Nueva York a Florida

Otra de las principales y más queridas propiedades del Presidente Donald Trump es su mansión en Miami. Frente a la playa, somos recibidos por un amplio campo de criquet. Ya en el interior, no nos habría de faltar de nada: zonas privadas, jardines al modo de la Alhambra por los que pasear, zonas de Spa y recreo para relajarnos… Todo ello nos habla de una faceta quizás más íntima.

Los dorados y el lujo no le abandonan. Pero aquí vemos una mayor sobriedad, Con un estilo más tradicional. Los dorados dejan espacio a los ocres; el mármol de la Quinta Avenida es sustituido por las maderas más nobles.

Todos son Trump

Tanto esta aparente sobriedad -no olvidemos que los dorados persisten, las mansiones son de gran tamaño y están dotadas con todos los servicios que su alto nivel de vida exige-, como la socarronería de la Trump Tower son Trump. Así pues, no debería extrañarnos que juegue con ambas caras de su misma moneda para dar una imagen de ostentación en la parte más pública (el despacho oval, el ala oeste de la mansión), y una decoración más sobria pero igual de lujosa para sus aposentos privados.

Inmuebles C21